Daniel Negreanu, el jugador de poker y el personaje

Daniel Negreanu sigue desgranando opiniones y anécdotas en la tercera entrega de su enciclopédica entrevista con iGaming.org.

Te ofrecemos la traducción de los pasajes más interesantes de la tercera entrega de la excelente entrevista de Renko Rinkema con Daniel Negreanu, una vez que hemos conocido algo más de su infancia y juventud, y de sus primeros éxitos en el poker, especialmente en las WSOP.



En este nueva recopilación de opiniones , recuerdos y anécdotas, Daniel trata del Main Event, de Stu Ungar y de la relación entre el poker y la televisión, simbiosis en la que Negreanu ha sido parte vital y que hoy en día cree completamente fuera de rumbo.

Negreanu no se calla una coma, y los temas propuestos están tratados con el nivel de la implicación habitual del Team Pro de PokerStars para cuadrar una lectura más que recomendable.

El Main Event

La mejor clasificación que Daniel ha logrado nunca en el Main Event fue un 11º puesto en 2001.

La mano que resultó en mi eliminación en 2001 fue una gran lección, especialmente ahora que sé que no hay razón para hacer nada tan estúpido en la situación en la que estaba.

Yo era chipleader a falta de 13 jugadores. Allí estaba Carlos Mortensen, que subió a 32.000 en UTG con ciegas 5.000/10.000. El tamaño de las apuestas era muy diferente en aquella época y esa subida era normal. El otro tipo, Henry Nowakowski, subió a 150.000; y no estoy de broma con el tamaño de las apuestas.

Yo estoy en la ciega grande y no he visto ni ases ni reyes en todo el torneo. Miro y llevo AK, así que resubo con la idea de tirarme si Carlos pushea. Jugaría con el otro tipo porque su overbet me hace pensar que no tiene ni ases ni reyes. Henry me ganó el bote con dos seises. El flop trajo un T y una J, así que me valían también las damas, pero salieron dos blancas.

Dame ese mismo escenario hoy en día y habría foldeado preflop. Era joven, solo 25 años, y no me di cuenta de que no tenía sentido jugármela en ese punto. Yo era mejor que mis rivales con mi small ball, que era muy adelantado a su tiempo. Podría haber simplemente picado aquí y allí, jugado botes pequeños y plantarme en la mesa final casi con seguridad.


Stu Ungar

No diría que Stu Ungar fue un modelo para mí, pero tuve una oportunidad de jugar con él algo así como una semana antes de su muerte. Él empezó una partida de No Limit Hold'em en la zona noble del Bellagio Era un formato que yo jugaba muy raramente pero pensé, puede que nunca tenga otra oportunidad de jugar con él, y me senté.

Recuerdo que jugaba un estilo super agresivo y que perdió cinco o seis buy-ins. Cada mano pasaba por él, en cada mano tenías que batirle de una manera u otra, jugó un montón de botes y su estilo ayudó a desarrollar una nueva marcha en mi juego.

Recuerdo con claridad como un sacerdote se le acercaba y hablaba con él durante esas sesiones. Los informes dicen que murió solo, en una habitación. Lo que le mató fue intentar dejar las drogas, Irónicamente su delgado y frágil cuerpo no pudo agunatar el shock.

Podrán llamarme loco, pero te contaré un sueño que tuve el día de su muerte. Él estaba en mi sótano. Bajé y tenía una pinta escalofriante, estaba frío. Me miró y me dijo "no hagas lo que yo hice, chaval. Tienes que volar en línea recta." Me estaba avisando de esos peligros y cuando desperté y me enteré de que había muerto me llevé un susto muy serio.


Los primeros coqueteos con la televisión

Cuando me invitaron a participar en Late Night Poker -un programa de televisión británico- sentí que había alcanzado una meta, pues ya llevaba unos años metido en esto.

Hay una historia muy absurda sobre aquel viaje, más interesante que el propio torneo. Me llevó como 36 horas llegar allí, a Cardiff, y cuando llegué me encontré con Padraig Parkinson y otros jugadores europeos. Estaban bebiendo unas cervezas negras y yo también me tomé unas cuantas, unas pocas de más. Después de 36 horas de viaje y esas cervezas, me desperté por la mañana en medio de un sueño en el que estaba meando. Me levanté y estaba todo mojado. Me invitan a este pedazo de hotel y me meo en las sábanas. Las colgué de la terraza y no dejé entrar a las camareras. Estaba avergonzado.


El efecto Moneymaker

En 2003, después de que Phil Ivey quedara eliminado en 10º lugar, no me quedaba razón alguna para seguir el Main Event. En el momento, cuando ganó Chris, el efecto Moneymaker era algo que nadie podía ver venir hasta que la ESPN emitió sus programas.

Recuerdo ver en la CNN la noticia de que un tipo llamado Moneymaker había ganado el Main Event, pero aparte de eso no pasó nada hasta la famosa emisión. El increíble equipo de 441 Productions hizo un estupendo trabajo vendiendo la historia de Cenicienta de este tipo, que salía de la nada, un contable que se clasificó por 40$ y y ganó 2.000.000$. Cuando salió por televisión, un montón de gente que lo vio pensó en sus casas: "yo podría ser como ese tío".

Esa historia no funciona ya en 2014, pero en su día fue la tormenta perfecta.
La televisión no necesita poker, necesita personajes


Tenemos que volver a lo que solían ser aquellos programas de televisión. Piensa que de aquella había gente como Chris Ferguson, Howard Lederer o Allen Cunningham que no decían ni pío en las mesas. Hoy en día hay muchos jugadores igual de interesantes que aquellos, si no lo son más, pero nadie se ha preocupado de contar sus historias.

En aquellos tiempos teníamos a Lee Watkinson, que había sido luchador, o a Lee Markholt, que montaba toros en los rodeos. Hoy hay montones de chavales que tienen una personalidad única. Matt Marantz solía decir: Todo el mundo tiene historias interesantes detrás y es nuestro trabajo descubrirlas.

Ivey no decía una palabra, Ferguson era un robot nitardo que no movía un pelo, Lederer era como un profesor condescendiente. No era gente con personalizades chispeantes. Alguien creó sus personajes y yo puedo visualizar a alguien como Andrew Lichtenberger siendo el nuevo Huck Seed, amante de la comida cruda, un supergenio, delgadísimo, con un aire budista y reposado. ¡El Luckychewy Zen! Si yo fuera productor podría coger a un montón de esos nuevos jugadores y convertirlos en estrellas.


El circo alemán

El grupo de alemanes es un ejemplo perfecto de lo que estoy diciendo. Un tipo como Philipp Gruissem es hilarante y aún encima el año pasado puso en marcha una iniciativa para donar el 10% de sus ganancias a la caridad. Fabian Quoss es el tipo que enseña a todo el mundo cómo debe comer, Max Altergott parece recién salido de una portada de GQ, Igor Kurganov es el tipo salvaje y loco que luego es el más centrado en la mesa. ¡Está tirado promocionar a esa gente!

Desde el Black Friday, hablando de poker en la televisión, no ha habido demasiado porque muchas de las emisiones estaban patrocinadas por las salas. No ha habido demasiadas nuevas ideas de cómo volver a recuperar aquello. Las WSOP son la locomotora y por eso ellos son con quienes he hablado.

He hecho pública mi opinión y me contestan que cuando hacen pruebas con grupos, la gente quiere ver más manos, más análisis avanzados y no tantos segmentos sobre la vida de los jugadores. Simplemente no me lo creo. Si le haces caso a los foros de poker, estás haciendo caso a la gente equivocada. Esos precisamente son los tipos que lo van a ver de todas maneras y no representan al amplio espectro de gente que deberías estar intentando atraer al poker.

Si quieres atraer público al poker tienes que demostrar que es divertido. ¿Es esa la sensación que se tiene viendo un programa de los que se hacen hoy en día? Los recién llegados que se ponen a ver un programa hoy en día lo que piensan básicamente es: "wow, este juego es tan complicado que ni siquiera entiendo la mitad de lo que dicen, parece un asunto realmente serio". Aunque los puristas lo encuentren aburrido, es mucho mejor enseñar un flip, que la gente sienta emoción, y no creo que el poker de altos vuelos consiga eso para nada.


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