Phil Hellmuth: “Mi idea es llegar a los 24 brazaletes”

Se cumplen 25 años desde que Phil Hellmuth ganara el Main Event de las WSOP en 1989. Ha pasado el tiempo pero sus ambiciones siguen intactas.

Con las World Series of Poker a punto de empezar, son muchos los jugadores que ya ultiman los preparativos para viajar a Las Vegas en busca del ansiado brazalete de campeón. Uno de ellos, como no podía ser de otra forma, es Phil Hellmuth.

Cómo hemos cambiado...

Para “The Poker Brat” ésta supone una edición de aniversario, ya quese cumplen 25 años desde que en 1989, cuando solo tenía 24 años, lograra la victoria en el Main Event por delante de Johnny Chan, convirtiéndose en el jugador más joven en ganar el Main Event hasta la fecha.

En esos 25 años, Hellmuth ha pasado de ser una especie de niño prodigio logrando codearse con jugadores experimentados y con mucha solera, a ser toda una realidad para acabar convirtiéndose en leyenda, no en vano ostenta el récord de brazaletes de las WSOP con trece pulseras, además de formar ya parte del WSOP Hall of Fame.

Por todo ello, no es de extrañar que los compañeros de Pokernews hayan hecho lo posible por sentarse unos minutos frente a frente con el jugador californiano y así recopilar un poco cuáles son sus sensaciones de cara a estas WSOP y cuál es el balance realizado tras estos 25 años de máxima exposición.

La entrevista realizada por Rich Ryan es extensa, sin embargo a continuación recopilamos las preguntas más interesantes y que más tienen que ver con el tema que ahora nos atañe.

En estos 25 años has conseguido un montón de logros. Sin ir más lejos, tu cuenta de brazaletes asciende ya a 13, incluyendo dos Main Events (Las Vegas y Europa). ¿Hay algo más que quieras lograr en tu carrera?

Mi ambición no se ha acabado. Obviamente me gustaría volver a ganar el Main Event y también quiero llegar a la cifra de 24 brazaletes. Otra cosa que me gustaría ganar es el WPT Main Event, una de mis mayores prioridades hoy en día. Ya sé que podría centrarme en cualquier otra prueba del WPT con menos jugadores y por lo tanto, más sencilla, sin embargo, pienso que todos ellos no tienen el mismo valor que un evento cualquiera de las WSOP, por lo que prefiero los brazaletes.

¿Tienes pensado participar en The Big One for One Drop? Hace dos años entraste en premios llegando a la mesa final pero, ¿piensas jugarlo este año?

Sí, pienso jugarlo, aunque dependerá en gran parte de mis sensaciones hasta llegar a esa fecha. Tengo mucha confianza en mi mismo y en cómo me manejo en eventos de este tipo. Sin ir más lejos, también alcancé la mesa final en el One Drop High Roller de 111.111$ del año pasado, sin embargo, desde entonces no he conseguido demasiados “deep-runs” en eventos de alto buy-in, por lo que me planteaba dejar pasar el Big One, hasta que varias personas dispuestas a comprarme acción, me dijeron que estaba loco.

Sería una pena estar motivado, y por algún motivo no poder jugarlo, así que pienso hablar con cuatro o cinco amigos, tal vez hasta diez, para ver si me quieren comprar entre 100.000 y 300.000$ de mi entrada. De verdad que quiero jugarlo, es un gran torneo.


¿Qué tienes que decirle a todos esos destructores que siguen pensando que Phil Hellmuth no puede tener éxito en los torneos de juegos mixtos?

Sinceramente no creo que hoy en día haya tanta gente que diga eso. En 2011 logré tres segundos puestos -uno en Stud 8-or-better, otro en NL 2-7 y también en el 50k$ Poker Players Championship -, resultados que en mi opinión callaron bastante todas esas opiniones contrarias a mí en ese sentido, máxime cuando aquel año tuve tan cerca ganar el PPC.

Es cierto que de mis 13 brazaletes, doce son en NL Hold’em, pero sigo pensando que tengo suficiente ventaja frente al nivel medio de mis rivales cuando decido participar en torneos de otros juegos. Por otra parte, no hay que olvidar que los fields de NL Hold’em son siempre mucho mayores, por lo que no me gustaría que se quitara mérito a mis doces brazaletes.


Dicho esto, todo apunta a que Phil Hellmuth llega este año a Las Vegas con sus miras puestas en una nueva pulsera dorada. A diferencia de Ivey y Negreanu, él no ha lanzado ninguna apuesta contra el mundo sin embargo, ¿quién crees que tiene más opciones de llevarse un brazalete este año?
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El Moneymaker ruso que acabó ahogado en una botella

Marat Sharafutdinov “Maratik” ganó 1.000.000$ en un Main Event de las WCOOP pagando con FPPs, pero el alcoholismo evitó que llegara a ser un ejemplo para las microlimiteros.

En un mundo tan cambiante y de una evolución vertiginosa como es el del poker, esos escasos momentos históricos que todos los agentes relacionados con el tema coinciden en señalar se convierten en hitos difundidos universalmente, y entre todos ellos hay uno muy especial:el efecto Moneymaker.

De taxista a estrella, y de ahí al olvido

La victoria de Chris Moneymaker en el Main Event de las WSOP después de clasificarse por satélite es una referencia en la historia del poker como en otros calendarios la llegada de un mesías religioso. Existe una era en el poker antes de Moneymaker y otra después de Moneymaker.

Un impacto similar lo pudo tener el jugador ruso Marat Sharafutdinov “Maratik”, que en 2012 consiguió ganar el título más importante del año en las mesas virtuales, el Main Event de las WCOOP.

Sharafutdinov se clasificó para aquel torneo tras superar cinco satélites online, desde el primero al que se apuntó con unos FPPs. Llevaba cuatro años jugando sit and go en microlímites, pero decidió jugar en vez de convertir la entrada en T$.

"Maratik" encandiló al raíl durante las discusiones para repartir los primeros premios del torneo, que prometían siete cifras para el campeón; cuando expresó con un inglés chapurreado sus intenciones:"I wont million". Tanto que casi todos hemos olvidado que el que realmente se llevó el millón en ese pacto fue Mike Telker y para eso "Maratik" renunció a 22.000$ que le correspondían por ICM. Pero se apartaron 100.000$ para el campeón y Marat tuvo su millón tras imponerse a sus rivales.

El poker online pudo haber tenido su propio Moneymaker, aunque su figura no hubiera llegado a calar a nivel global y solo fuera a nivel local, en la comunidad rusa, que de inmediato adoptó a Marat como un referente.

Pero para eso era necesario que la gente conociera su perfil, que se diera exposición a su increíble logro y que Marat estuviera a la altura.PokerStars puso lo posible de su parte, entrevistó al campeón en su blog y preparó una ceremonia especial de entrega del brazalete durante el festival del PCA Bahamas. Marat nunca se presentó y su nick pasó a ser poco más que una respuesta de Trivial para los aficionados a las curiosidades del mundillo.

El ruso no recogió su brazalete hasta la Grand Final del EPT de 2014 y no se dio publicidad a la entrega. Artur Filimoncik, redactor de FlopTurnRiver, sintió por curiosidad por saber las razones de este súbito descarte de lo que parecía como un caramelo para el márketing de la sala y lo que descubrió fue una historia muy triste: la del que pudo ser el nuevo Moneymaker y no lo fue por culpa del alcohol.

Al día siguiente del torneo, Marat era el tema estrella de los foros. Entradas y más entradas utilizaban la frase "I wont million" como meme y la pagína de poker de mayor audiencia en Rusia, Gypsyteam.ru, le ofreció un blog propio para que pudiera atender al interés surgido a su alrededor entre los afionados de su país.

Con el paso de las semanas, el blog se convirtió en una especie de entrevista contínua de los enfervorecidos aficionados a su héroe microlimitero, pero en las respuestas empiezan a aparecer algunas frases fuera de tono. Uno de las señales más preocupantes son los comentarios vertidos sobre otro jugador, al que acusa de alcohólico y con el que se ensaña. Poco después reconoce que él mimso ha empezado a beber diariamente, desde que ganó el ME de las WCOOP.

En pocos meses, su blog se convierte en un batiburrillo de entradas inconexas escritas en pleno estupor alcohólico y esporádicas excusas escritas en los momento de sobriedad. Los moderadores de la página recurren incluso a banearle por las tardes, momento álgido de sus desvaríos, y desbanearle por las mañanas, pero la situación es insostenible y Marat es baneado de por vida, en noviembre de 2012.

Él mismo explicó por qué no fue a Bahamas a recoger su brazalete en la última semana de vida de su blog. PokerStars le había ofrecido un dinero para el billete de avión que no consideró suficiente. Dando por hecho de que le pretendían escatimar en el avión, pensó que harían lo mismo con el hotel y demás gastos, y no estaba dispuesto.

Una página rusa le pidió grabar un vídeo felicitando el año nuevo a sus lectores, y "Maratik" les contestó con apelativos como "prostitutas incompetentes", por no ofrecerle dinero para hacerlo.

El alcohol y la depresión habían difuminado por completo su hazaña y todo el interés por el jugador que convirtió un freeroll en un millón de dólares en el mayor torneo online.

En los últimos meses, Marat ha intentado reencontrarse a sí mismo en Tailandia y otra página ha puesto un nuevo blog a su disposición, pero ni su personalidad parece haber cambiado a pesar de su retiro asiático ni quedan ya lectores interesados mínimamente por su figura.

"Maratik". Pudo ser un nuevo Moneymaker y se convirtió en el peor estereotipo que puede ofrecer el poker.
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Daniel Negreanu: infancia y juventud

Primer fascículo de una saga de cuatro episodios, en el que repasamos la trayectoria del jugador canadiense desde su infancia hasta convertirse en lo que es hoy en día, un referente en el poker.

A día de hoy casi nadie es capaz de poner en duda el papel que Daniel Negreanu ha adquirido en la industria del poker actual, no solo por sus resultados (que también) sino por el papel de portavoz que de forma casi natural le ha tocado ejercer tras escándalos como el Black Friday o el asunto de Full Tilt Poker.


Lo cierto es que tras la figura de Negreanu se esconden un montón de éxitos, historias, vivencias y un pasado del que rara vez se ha hablado.

Su vida , su trayectoria y su evolución hasta convertirse en lo que es hoy en día, no es tan popular como el Daniel Negreanu que conocemos hoy en día. Rara es la semana en que el canadiense no es noticia por uno u otro tema, sin embargo, no tan habitualmente se ha hablado de su pasado.

Los amigos de iGaming.org han querido solucionar esto, escribiendo una saga biográfica sobre el jugador canadiense, en la que nos contarán vida y milagros en cuatro partes. La primera ya ha visto la luz.

A punto de cumplir los 40 años de edad, pocos son los éxitos que a Negreanu le quedan por cosechar. Ha sido dos veces jugador del año en las WSOP (en 2004 y en 2013), posee 6 brazaletes de las WSOP y el año pasado se tiró 19 semanas seguidas liderando el ranking GPI.

En 2004 batió todos los récords conocidos hasta la fecha, ganando 4,4 millones de dólares en el mismo año, incluyendo dos victorias de siete dígitos en el WPT, su tercer brazalete de las WSOP, dos mesas finales más en el WPT y otras cuatro en las WSOP.

El próximo 26 de julio, el canadiense cumple 40 años, lo que significa que reunirá el único requisito que todavía le mantiene alejado del WSOP Hall of Fame. Nadie duda que uno de los nuevos elegidos para formar parte de este selecto club, será Daniel Negreanu.

Dicho esto, repasemos ahora sí cómo ha sido su infancia y cuáles son sus orígenes.

Creciendo en Toronto

Muy distinta era la vida de Negreanu cuando nació y creció en Toronto, una de las ciudades más importantes de Canadá.

Procede de una familia trabajadora, clásica, la típica familia europea, con sus costumbres bien arraigadas.

Mi padre era electricista y mi madre ama de casa. Era la típica mujer que siempre te preguntaba si querías algo de comer, y fuera cual fuera tu respuesta, siempre iba a acabar preparándote algo de comida. En cambio, mi padre era quien se encargaba de la bebida.

Mi familia siempre ha sido muy hospitalaria. Mi casa se llegó a convertir en el cuartel general de mis amigos. Todos eran bienvenidos y tratados muy bien. Alguna vez incluso al despertarme, vi a algún amigo mío sentado en la mesa con mi padre, charlando y compartiendo un vaso de vino.

Hemos sido siempre una familia abierta de mente. No recuerdo ningún tema tabú del que no se pudiera hablar, lo que también ayudaba a que a mis amigos les apeteciera venir a mi casa.

Por lo que se refiere a mi hermano, somos dos personas completamente distintas, tanto en lo físico como en la forma de pensar.

Tiene seis años más que yo, y me saca una buena altura (ahora ya algo menos). Es un tío trabajador, del tipo de persona que puede construir cualquier cosa con sus propias manos empezando desde cero. Es algo que yo sería incapaz de hacer. Nunca hemos guardado una relación demasiado estrecha, ya que siempre nuestros intereses han estado muy alejados".

Sus padres Annie y Constantin, el hermano Mike y el pequeño Daniel.


Los padres de la criatura

Como muchas veces ocurre, el hermano mayor abrió camino para que más tarde, el menor, en este caso Negreanu, desoyera un poco los consejos de sus padres para construir su propia historia. Cuando el canadiense empezó a prestar más atención al mundo del poker, sus padres intentaron disuadirle, especialmente su madre.

"Cuando mi padre tenía cuatro años, vivía en la calle y se ganaba la vida transportando cubos de agua de arriba a abajo de una colina por uno o dos dólares al día. A partir de los 13 años, ya hablaba un montón de idiomas, vestías de traje y montó su propia tienda. Por todo eso, mi padre siempre ha tenido la mente más abierta. Mi madre en cambio intentó quitarme el poker de la cabeza durante algún tiempo”.

Siempre he tenido una gran relación con mi padre. Era un hombre bromista y que siempre estaba de buen humor. Creo que mi carácter se parece mucho al suyo. Era un hombre nervioso e inquieto, al que desgraciadamente perdimos en 1996, mucho antes de que pudiera verme triunfar en el mundo del poker.

Por desgracia, no mantengo tan frescos mis recuerdos hacia él como los que tengo hacia mi madre, que falleció en 2009. La recuerdo pasar temporadas largas conmigo en Las Vegas, haciendo la comida para muchísima gente. Su muerte tuvo un gran eco entre mis seres cercanos".

Un actor frustrado

En la época de instituto, Negreanu no era un estudiante normal. Mientras por entonces, lo standard era hincar codos para poder matricularse en la carrera universitaria que cada uno eligiera, los planes del canadiense poco tenían que ver con universidades y sí con estudios de grabación: ¡Quería ser actor!

Lo probó varias veces pero nunca encontró la forma de hacerse un hueco en la industria del cine, por lo que tuvo que optar por algo muy distinto: el poker.

“Mi padres valoraban que se trabajase duro, pero no estoy muy seguro de si valoraban de igual modo otros aspectos de mi vida, como el intelecto, la mente o el sentido del humor. Son cosas que fueron creciendo en mí de forma innata, no adquiridas. Querer ser actor y el deseo de tener éxito, era algo que perseguí durante toda mi juventud.

Ser el centro de atención no es nada nuevo para Daniel.

El taco antes que el naipe


Antes de empezar a hacer sus pinitos en el mundo del poker, Daniel Negreanu dedicó buena parte de su adolescencia haciendo campanas al instituto, y pasando las horas en un salón de billares, donde empezó a ganar los primeros dólares jugando a 5$ la partida.

Ahí afloró en él el espíritu competitivo y las ganas de ganar, y de paso, le sirvió para conocer a alguien que tendría un papel fundamental en su crecimiento dentro del mundo del poker.

Cuando Evelyn Ng y Negreanu se conocieron, ésta ya había participado en alguna prueba del WPT poco después de que Chris Moneymaker ganara el Main Event de las WSOP. Ng y Negreanu se ayudaron a crecer y aprender juntos, mientras fomentaban sin darse cuenta el espíritu competitivo.

“Salimos durante un tiempo juntos, pero era imposible que esa relación pudiera durar. Ambos éramos extremadamente competitivos. Siempre queríamos ganar.

Está mal que yo lo diga, pero yo era un poco mejor que ella jugando a billar”.

La pareja, por entonces, se convirtió en un fenómeno televisivo, gracias al cual, podemos rescatar documentos como este.

 

Construyendo una banca

Toronto siempre ha sido una ciudad donde han estado muy de moda los juegos de azar. Precisamente allí, jugando en un salón a “Doble o nada”, Negreanu consiguió hacer su primer dinero, el cual le sirvió para empezar su andadura en el mundo del poker.

“Recuerdo un día que jugando a DoN conseguí sacar más de 4.000$ a un tipo, aunque nunca los cobré. Evidentemente el tío no tenía los 4.000 pavos, así que tuve que llamar a mi buen (y grande) amigo jamaicano, Randall. Gracias a él, por lo menos pude conseguir 800$, de los cuales le di 300$ por su colaboración.

Con el dinero restante, viví como un rey durante algunos días. Cuando tienes 16 años y esa pasta, te consideras rico, aunque una parte del dinero la utilicé para empezar a jugar mis primeras partidas de Limit Hold’em. Hice bastante dinero en poco tiempo. Ganaba unos 44$/hora. Eso me hizo salir definitivamente de la escuela, y ponerme a hacer dinero de forma inmediata.

Con esto se acaba esta primera parte, de las cuatro que han de llegar. En la próxima conoceremos un poco más al Negreanu ya adulto, a partir de los 21 años de edad, cuando ya se había convertido en profesional del Limit Hold’em.


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Barry Greenstein: "Los torneos con recompras no son poker de verdad"

El mito opina que las reentradas dan ventaja a los pros de bolsillos más amplios, y que un torneo de menos de 100 jugadores no tiene sentido.

Barry Greenstein, uno de los jugadores de torneos más famoso de todos los tiempos, cada vez se deja ver menos por el circuito.
El verdadero adalid del poker de competición.

En su día, Greenstein era el paradigma del poker como deporte. Jugaba torneos por el puro placer de la competición. Cuando ganaba algún premio, lo donaba a la caridad, pues su medio de vida eran las partidas privadas de high stakes. De ahí su seudónimo de "el Robin Hood del poker".

Ahora, Barry no puede permitirse ser tan generoso, y se vuelven a referir a él como "The Bear". Sigue siendo una voz autorizadísima dentro del panorama del poker mundial, y como todos los Team Pro de PokerStars, tiene a su disposición el blog de la sala para hacerla oír cuando cree conveniente.

Barry ha cogido el teclado para explicar por qué está cada vez más apartado de los grandes circuitos, y ha hecho una feroz crítica de la deriva que está tomando el formato de los grandes eventos e, implícitamente, acerca de los High Rollers.

Pocos y escogidos

Solo he jugado cinco torneos este año: el Main Event de la PCA, el de los Aussie Millions, el del EPT de Montecarlo y los WPT del Commerce y del Bay 101. No he pinchado en ninguno y, aunque ha habido muchos más torneos en Europa y en la costa este de los Estados Unidos, he elegido quedarme cerca de casa y jugar en un montón de partidas de cash.

Hay muchos eventos principales estos días que aceptan recompras ilimitadas y no me llama nada jugar en ellos. No digo que sean malos para el poker, porque permiten que mucha gente juegue a diferentes precios, pero no me gustan nada desde el punto de vista competitivo.


El poker verdadero

En cierto sentido, los torneos con recompras no son poker de verdad. Mi visión de un torneo de poker es una competición en el que todos los participantes parten con las mismas opciones.

Sin embargo, en los torneos con recompras, los jugadores con bolsillos más amplios son capaces de disparar un montón de balas y tienen mejor oportunidad de hacer mesa final que los jugadores que solo pueden comprar una vez.

Si quiero jugar en un entorno desigual, prefiero una partida de cash en la que unos jugadores están cómodos con el nivel y otros están probando suerte. En los torneos, yo siempre espero que todo el mundo pueda tener acceso, que los jugadores con menos banca puedan jugar satélites para eventos de entradas más caras y sentir que tienen las mismas oportunidades que el rest ode ganar el torneo.

Si decido jugar un torneo con recompras y competir con todo el mundo por el triunfo, mejor tener cinco o diez balas, Eso no es jugar al poker de la manera más efectiva, es intentar meter tu nombre en la cabeza de la clasificación de la manera más efectiva.


Sin fields extensos, ni siquiera se puede hablar de torneos

Otra cosa que pienso es que si un torneo no tiene al menos 100 jugadores ni siquiera lo considero un torneo. Siempre pienso en los torneos en la manera de de convertir una pequeña cantidad de dinero en una mucho mayor, quizá 50 o 100 veces el valor de la entrada.

Si un jugador tiene menos de 100 jugadores, la cantidad que puedes ganar en relación a la entrada, siempre será una cantidad que podrías ganar igualmente en una partida de cash. Un pinchazo en un torneo debería ser algo que no podrías conseguir en una partida de cash.

Por eso pienso que la lista de premios en torneos no debiera recoger resultados de torneos de menos de 100 personas. Y no es egoísmo, pues yo también he ganado algunos de esos.

Greenstein va a aprovechar que llegan las WSOP para dar rienda suelta a su ansia de competición y pretende jugar entre 20 y 25 torneos este verano en Las Vegas.

Las WSOP mantienen al mínimo el número de torneos con recompras en su calendario y, aparte del Big One for One Drop, será raro que ninguno de sus eventos baje de las tres cifras de participación, que por lo visto son los requisitos esenciales para recibir el sello de calidad de "El Oso".


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